Como es costumbre, las salidas a otras cordilleras siempre vienen bien para abrir un poco la mente.
Las diferentes dimensiones que tienen los Alpes permiten captar la montaña desde un punto de vista distinto. Hay glaciares y los desniveles a cubrir suelen ser mayores a los que estamos acostumbrados en nuestras cordilleras.
La logística se hace algo más complicada, ya que seguramente haya que llevar algo más de peso en la mochila, saco de dormir, infiernillo y siempre tendremos la mosca detrás de la oreja diciendo: Ojo, que no te pille la tormenta!
La altitud exige que las ascensiones las hagamos en buena forma física y habiendo aclimatado de manera correcta, pero una vez allí arriba, las recompensas son inimaginables.
Ecrins, Courmayeur, Mt-Blanc, Cervinia, Zermatt, Vauloise...
Este mes pasado, junto a Santos y Félix, hemos viajado por algunos de los rincones de esta grandiosa cordillera que nunca llegaremos a conocer del todo, pero que, ójalá sigamos visitando.
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| En la Moseley Platte del Monte Cervino o Matterhorn. |
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| De vuelta a Cervinia. Al fondo, las masas de hielo que bajan del Monte Rosa. |
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| Cervino desde el glaciar de Teodule. |
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| Estética pura en los Alpes del Valais. |
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| Afilados pasajes en la cresta de Rochefort, macizo del Mt Blanc. |
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| Trepada final a la Aiguille de Rochefort. |
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| En la Aguja Dibona, macizo de los Ecrins. |
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| Santos y Félix bajo la Aiguille Dibona y el refugio Soreiller. |
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| Alpinismo clásico en la Tête Nord du Replat, Ecrins. |
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| Cara Sur de La Meije. |
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| Replat, Macizo de Ecrins |
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