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viernes, 19 de octubre de 2012

Calidad en Collegats

En la cuenca del río Noguera Pallaresa, a pocos kilómetros de La Pobla del Segur, se encuentra el Congost de Collegats, uno de los paraísos que alberga Cataluña para los amantes de la escalada.

La calidad de la roca y de las líneas llama poderosamente la atención, tanto en los sectores deportivos como en los de "tapia". Encontraremos dos tipos de roca: caliza y conglomerado, y una cantidad desmesurada de vías.

En el sector Pedrera encontraremos un oasis donde impera el 7º grado y una calidad excepcional,destacando vías como Fleck 7b y Eterna 7a+ (a demás de otras tantas que no recuerdo), todo ello amenizado por el abundante caudal de La Noguera Pallaresa.
Al lado se encuentran también La Roca del Diable, La Paret de la Repressa, etc con duras vías de tapia como Besos Negros, Stramonium, Abracadabra... para los que quieran apretar un poco.

Nosotros, después de comprobar la calidad de las vías deportivas fuimos a La Geganta, en el Tossal de l'Aguila, situada en lo alto del desfiladero.
Para llegar hay que llegar hasta Gerri de la Sel y coger una carretera que nos lleva hasta el Estany de Moncortés. Desde éste, sale una carretera hacia el pintoresco pueblo de Peracalç, idílico lugar donde dejaremos el vehículo y puede que nos encontremos con alguno de sus simpáticos habitantes.
En la Geganta la calidad también está a la orden del día y creo que en la mayoría de rutas hay que apretar.
Nuestra vía era la Fins el Moll de l'Os (Hasta el muelle del hueso), vía semiequipada y con grado durillo en la que "hay que escalar", con una dificultad obligada de 6c+ aprox.(puede que menos si se lleva algún gancho) y menos mal que estaba Arkaitz....
Eso sí, BUENÍSIMA RUTA con un montón de pasos impresionantes.
CALITÉ!



Primera tirada


Arkaitz peleando el 2º largo

Bonita tierra, el Pallars.

VertiCALIDAD


4º largo, el más duro sobre el papel, pero el que viene después...



domingo, 14 de octubre de 2012

Ibón de Catieras

La lluvia también tiene su encanto y es que después de este verano tan seco, se hacía esperar con muchas ansias. 
Todavía la gente se ríe por lo de llevar paraguas al monte, pero la sensación que transmite cuando te ves refugiado en él, sin viento y ves cómo todo lo demás se moja, es difícil de describir. 
Se respira alegría también en los animales y las plantas del lugar, que parecen haber esperado atentamente estas lluvias: sarrios, ovejas, marmotas, setas... ahí están todos, aparentemente despreocupados por buscar cobijo.

Un buen lugar para experimentarlo es el ibón de Catieras, dónde a penas encontraremos refugio, a excepción de la cabaña de Yenefrito y sus vivacs.

Bonita excursión en un lugar salvaje y lejos de la muchedumbre.

Atravesando el barranco de Laulot.

Luces sobre el Dedo de Yenefrito.


Sarrio




Hasta los duendes usan paraguas.




Sol en Chinatown

Frente a los días lluviosos siempre queda una esperanza: Los Mallos de Riglos.
La meteo daba buen tiempo para el viernes y sábado del puente del Pilar, pero la verdad, es que era difícil de creer debido a la cantidad de agua que estaba cayendo aquí en Panticosa, así que lo mejor era apostar por el microclima de la sierra de Los Mallos y hacer un poco de deportiva en pared.

Ahí fuimos, y efectivamente, el día se iba despejando a medida que nos acercábamos a Murillo.
Como cabía esperar, un montón de gente pensó igual que nosotros y el despliegue de vehículos, arneses y mosquetones en las calles de Riglos era impresionante.
 Julio y yo nos decantamos por la Chinatown en La Visera, que parecía no tener gente y que iba a estar entera para nosotros.
A su vez, Marcos y Noel se acercaron al Frechín, pero la cantidad de cordadas y las probabilidades de que les cayese una piedra eran muy altas, así que no tardaron en cambiar de idea.

La vía resultó ser muy bonita: buena roca, no excesivamente pulida, algún paso exigente en la parte superior y con muy buen ambiente.





Julio inmerso en el 4º largo. Un 6b+ buenísimo! el mejor de toda la vía.


Cordadas en el Mallo Frechín.

La alegría de volar en riglos


Cordadas en la Zulú y en la Mosquitos.

Ambiente surrealista.
Muy recomendable.

jueves, 11 de octubre de 2012

Martín, cuida tu jardín

Nada mejor que Peña Montañesa para acabar el fin de semana junto al resto de la cuadrilla, que se había ido a hacer un barranco. Nos despedimos del frío y llegamos a la comodidad de dormir cerca del coche y todo lo que ello supone...

Oscar, Sandra, Vir, Sara, Zaca, Dani, Iban, Joserra... qué guapas son esas cenas!

El objetivo para el día siguiente era escalar Martín, cuida tu jardín. Corta ruta, de unos 130 metros abierta por Albert Salvadó, Arkaitz Iurrita y compañía que explota lo mejorcito de la Punta Jabalí en 5 largos.

La ruta es sinuosa, ya que intenta dar más longitud a la escalada y la roca muy buena. Eso sí, no regala nada!










Arista Passet al Marboré

Tras pasar la noche en Torla nos dirigimos con calma hacia las clavijas de Cotatuero y después hacia La Brecha de Ronaldo. El objetivo era atravesar el segundo piso de Gavarnie, pasar la noche por el glaciar de la cascada y , al día siguiente, recorrer la arista Passet hasta la cumbre del Marboré.
El terreno estaba más nevado de lo que nos habíamos imaginado y es que este rincón del Pirineo es una nevera gigantesca.

La arista Passet es la continuación de la cresta de Los Druidas y constituye la divisoria entre la cuenca del glaciar oeste del Marboré y del glaciar de la Cascada. La escalada no es difícil (sólo unos pocos tramos verticales) pero la mochila, las botas y la nieve hacen que la arista cobre unas dimensiones mucho más alpinas y todo ello reforzado por el increíble ambiente dónde se encuentra.

A medida que subimos es inevitable pensar en Celestin Passet y compañía, que hace un montón de años ya andaban por ahí investigando sitios por donde nadie había pasado. Una lección de humildad.



Por el segundo piso de Gavarnie


Cómodo vivac en el Glaciar de la Cascada

Primeros metros de escalada





Ambiente gélido
Glaciar del Perdido y Cilindro de Marboré
Atardecer desde el abrigo del Monte Perdido

Diedro del 73, Ordesa

Muy buenas!
Con el anticiclón de la semana pasada, que anunciaba buen tiempo durante unos cuantos días, fuimos Félix y yo a hacer una de las clásicas de Ordesa, El Diedro del 73.

Se trata de una bonita vía que supera la Pared de la Cascada sin excesivas dificultades, pero que al no tener demasiado equipamiento fijo, permite jugar con los friends y disfrutar del verdadero sabor "ordesiano".







Se trata de una clásica que navega entre pequeños diedros, con numerosas repisas y reuniones comodísimas.