Para que resulte más entretenida, existen otras opciones a
parte de la ruta normal.
Si queremos combinarla con un corredor de nieve, se puede
optar por ascender el Corredor Chevalier, en la vertiente de Argentière, y si
lo que queremos es trepar por la roca y hacer funambulismos, podremos recorrer
su arista oeste, de moverse continuamente y con vistas vertiginosas hacia los
Drus y el glaciar de Nant Blanc.
Junto a Ander Arsuaga elegimos esta última opción, que a su
vez da juego para complicarse la vida y ascender por alguna de las múltiples
fisuras que hay.
Cordada con la Aiguille de Chardonet y la de Argentière |
En una de las fisuras que se van encontrando |
El glaciar de Nant Blanc |
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