Su vertiente norte despliega una gran cantidad y variedad de canales que descienden entre las cumbres principales del macizo y ofrece un enorme repertorio de vías de escalada mixta, representando uno de los escenarios de referencia para el pirineísmo invernal.
Si mezclamos las técnicas de escalada con el esquí, el lugar ofrece un terreno perfecto para buscar nuevos horizontes y bajar sobre nuestras tablas por las entrañas de este mundo sombrío y vertical.
El Corredor de la Z, es una canal que muchos escaladores utilizan para descender, después de haber subido por algún otro corredor. Se trata de una canal de unos 250 metros de desnivel, encajonada entre imponentes paredes y con una inclinación máxima que varía entre los 45º y 50º de inclinación.
La dificultad de la ascensión y del descenso dependerá de las condiciones, ya que podríamos encontrarla helada, con amenazantes cornisas que cuelgan de las paredes o tener frágiles placas de viento que podrían sucumbir ante una sobrecarga débil.
En la parte superior de la canal, encontraremos varias reuniones en las que podremos montar rápeles o asegurar al compañero, siendo necesario contar con un mínimo de conocimientos sobre alpinismo y llevar el material necesario para este tipo de ascensiones/descensos.
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