El nombre con el que bautizaron este recorrido glaciar, Cristal Oculto, invita a la curiosidad.
El ambiente es excepcional. La soledad y las enormes murallas calcáreas del Rincón del Verde, en el valle de La Ripera hablan por sí solas. Uno, parece que está rodeado de gigantes con vida propia: El Forato, El tozal de Ripera, El Escuellas... Todos ellos están vivos, vigilando todo lo que hacemos en este rincón tan peculiar, terreno de pastores y rebaños, dónde muchos lugareños han aprendido de sus padres y abuelos.
Félix es uno de ellos, y su cariño por el lugar se hace notar a medida que nos cuenta a Isra y a mí alguna historia de cuando era pequeño.
La aproximación la hacemos por las Fajas de Lupón, remontando una empinada canal que obliga a descalzarnos los esquís, pero que más tarde nos ofrecerá un descenso buenísimo.
Ya en el circo Oeste del Tendeñera, el Cristal deja de estar oculto y desvela todo su esplendor. Aparece tal y como describe Julio y Kike en su guía "Las 50 mejores escaladas en el Valle de Tena", abriéndose camino entre dos marcados espolones de roca.
La cascada se ve con hielo, no muy abundante y algo húmedo en la parte inferior, pero a medida que subimos va mejorando.
Subimos en dos largos, haciendo reunión sobre abalakovs y salientes de roca, ya que no encontré la reunión de clavos, que seguramente estaba en una repisa cubierta de nieve (a mano derecha). Tras el largo que continuó Félix, alternando hielo y nieve, salimos sin problemas por la canal de nieve dura hasta la aérea arista que corona el Tendeñera.
El descenso con esquís... otra maravilla. Pendientes francas y amplias hasta llegar al corredor por el que habíamos progresado a la mañana, el cual estaba también en muy buenas condiciones.
Una actividad más que recomendable!
Subiendo por las Fajas de Lupón |
La foqueada bajo el Tendeñera recuerda a estar sobre un glaciar. |
Cristal Oculto. |
Isra y Félix. |
Félix saliendo de la reunión. |
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