Durante los años 50 y 60, pocos eran los osados en plantearse superar los 300 metros de desnivel de los Mallos, que, pese a la extraña calidad de la roca, se alzaban arrogantes y extremadamente bellos.
Durante esos años, Rabadá y Navarro, trazaron elegantísimos recorridos en varios de los principales murallones que continuaban vírgenes, tales como el Puro, el espolón SE del Fire, el espolón E del Gallinero en Ordesa, la cara Oeste del Naranjo de Bulnes...etc.
Hace un par de semanas, junto con Félix y Santos, resurgió la idea de recorrer uno de esos grandes mitos: el Espolón Este del Fire, en Riglos. Se trataba de una vía que llevaba en nuestras cabezas desde que conocimos Riglos por primera vez, pero que siempre hemos acabado en otras escaladas, ya sea por respeto o porque había otras vías y lugares que nos llamaban más la atención.
Se trata de una vía preciosa, donde se mezcla el placer de la escalada con la historia. A medida que escalas, la sinuosidad del recorrido hace que reflexionemos sobre qué rondaba por la cabeza de Rabadá y Navarro durante aquellos 5 días que emplearon para completar el recorrido, en alpargatas y sin perforar la roca para emplazar los anclajes.
Hoy día, muchas de las reuniones han sido re-equipadas y, en los pasos clave, se han emplazado parabolts, pero no conviene subestimar la dificultad del recorrido, ya que, sin ser difícil, hay que tener un mínimo instinto vertical, a demás de llevar algún friend y fisurero para completar la protección.
Ayer mismo, aprovechando que Miriam andaba en Riglos con Elena y Héctor, volvimos a repetirla y esperemos que, de vez en cuando, sigamos volviendo.
Una verdadera lección de escalada!
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| Santos en el segundo largo |
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| Organización |
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| Qué manera de disfrutar, Miriam!! De vez en cuando habrá que repetir unas de estas, eh |
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| Escaladores en la cima del Puro |
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| Héctor ante los siempre espectaculares Mallos. |
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| Héctor, Miriam y Elena, un placer y a ver si liamos otra pronto!! |
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